Soy solo una mujer; tu mujercita.
Todo entra por tus ojos. Tu mujercita...sabe llorar.
Crucé el mismo río nadando,
sin saber nadar...ahora estamos del mismo lado.
Te vi antes.
Tachero: nena vos estas segura con quien te vas a encontrar? (después de
escucharme hablar por teléfono)
Yo: perdón, usted es psicólogo? (respondí ironicamente)
Tachero: no, tengo calle nena.
Yo: probablemente él...solo sea un poco disléxico, yo tambien aveces lo soy.
Tachero: yo creo que él esta un poco ansioso, jajaja, hay que tener mucho huevo
nena. Yo:????????????????? (no pude
responder, solo me pude preguntar)
Tu lluvia me moja, me nubla.
Lloré...vos me mirabas, seco.
Tu poesía virtual, mi hambre. No solo es misticismo.
29 ene 2012
Hoy no tengo palabras...solo puedo sentir, no pienso, sé quien soy...desde acá, frontera he de ser, siempre cerca, estamos del mismo lado, yo lo veo.
Vos?.
El cuerpo.
Podes sentir?
Mis manos.
Lo ves?
La piel.
Mi arte.
El exilio, la espera, madre.
El camino.
Vivir.
Mi grito, agudo.
Rio, amable.
Levanta la vista, Alicia.
La cultura, mi raíz.
La cruz, ironía, mi humor.
Mi deseo, en tu linea.
Tu ñembo'e es libre.
"La Catedral" por Berta Rojas. ( Augusto Pío Barrios)
Las madamas.
La historia…y su paseo, el futuro de muchos, de todos, de nosotros… presente de mujeres sonrientes, que aguardan…con desgarrante ansiedad, y el presente que angustia, heroínas de selva y civilización… aguardan
con tenaz convicción y fortaleza, no para enterrar a sus hijos y esposos.
Mujeres.
Desbastadas en guerras, solitarias viudas, el duelo, y un pueblo. Moribundas, las han obligado a la sumisión, les han robado la dignidad, y en sus rostros veo el maltrato, y en sus ojos, mas allá…veo una sonrisa, veo una heroína…veo a una mujer.
Identidad.
Despojos, pobreza, muerte, y madres vagabundas, apoyadas en si mismas. Y sus hijos?…la vida?, el presente?, y el porque es la respuesta, tiempos aquellos no tan distintos al hoy.
Ser testigos de la destrucción y la reconstrucción, es que aún siguen en transe…y el refugio es el dolor, callado, en sus manos ásperas, y cansadas que reflejan demasiada historia no contada.
Su gran fortaleza no reconoce trincheras, ni fronteras…, solo injusticias y genocidios que espera su voz alguna vez gritar.